El síndrome del pollo sin cabeza: cómo dejar de moverse sin avanzar

En muchas reuniones noto algo que siempre me resulta familiar: equipos ocupados, saturados de tareas, llamadas y más reuniones que emails en el inbox… pero cuando pregunto individualmente, ‘¿Cuál es tu prioridad real?’, nadie responde con claridad.

Ese es el síndrome del pollo sin cabeza: mucha actividad, pero cero dirección. Como un pollo corriendo sin cabeza, algunos se mueven mucho, pero no llegan a ninguna parte.

¿Cómo puedes reconocer este síndrome? Se manifiesta de varias formas:

• Acción sin estrategia:llenas tu agenda de tareas, pero no tienes un objetivo claro que te guíe.

• Falta de visión compartida: el equipo no entiende el “por qué” de lo que hacen.

• Reactividad constante: pasan el día apagando fuegos en ves de construir algo sostenible.

• Desgaste y caos operativo: la motivación baja, los procesos se vuelven ineficientes y la energía del equipo se agota.

Si te identificas con esto, es probable que tu empresa o equipo esté corriendo sin rumbo, confundiendo movimiento con progreso.

¿Cómo sales del síndrome del pollo sin cabeza?

La clave está en liderar con propósito y estrategia clara:

1. Define objetivos claros y medibles: sin metas concretas, cualquier esfuerzo se pierde.

2. Comunica la visión y el propósito: todos deben saber hacia dónde vamos y por qué.

3. Prioriza el impacto sobre la actividad: no todo lo que hacemos tiene el mismo valor.

4. Mide y ajusta: revisa resultados, aprende de ellos y corrige el rumbo cuando sea necesario.

Una realidad que todos enfrentamos es que moverse mucho no siempre significa avanzar. Muchos jefes confunden ocupación con productividad, lo que genera equipos cansados y desmotivados. Pero moverse con sentido sí produce progreso real. Cuando alineamos acciones con estrategia y propósito, el equipo deja de correr sin rumbo y empieza a avanzar de verdad. Si quieres liderar y asegurar que tu equipo deje de “correr sin cabeza”, comienza por definir rumbo, propósito y prioridades claras: así, todo lo demás será mucho más fácil de gestionar, especialmente en esta nueva era de inteligencia digital.

Nos estamos quedando atrás y sin tiempo para lo que realmente importa si seguimos llenando la agenda sin pensar en prioridades."

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